
Inauguración de la exposición “La Vida del Color” de Francisco Medina
El dinamismo, el movimiento y los personajes de lugares lejanos pueden ser apreciados desde distintas perspectivas y, ante los ojos de Francisco Medina Robles, se transforman en composiciones abstractas que reviven cada uno de esos sitios y protagonistas en La vida del color.
La exposición “La Vida del Color”, apoyada por el Legado Grodman, se inauguró anoche en el MUSA Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara.
Con la curaduría de Moisés Schiaffino, la exhibición con las obras de este maestro, quien fue mentor de un gran número de alumnos que han estudiado en el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), se materializa a través de cuadros que ahora son ventanas hacia lo que él un día admiró de cerca.
Las piezas del arquitecto de formación y pintor por convicción, muestran paisajes con sembradíos, rocas, vacíos y figuras humanas para nada estáticos, sino como parte de un todo al que pertenecen y en el que desempeñan algún papel y actividad correspondientes.
“Estudié arquitectura, pero quería ser pintor. Les dije a los maestros que era daltónico y ellos respondieron: ‘no importa, es una variante, pero puede ser interesante’. Alfonso de Lara Gallardo me enseñó a pintar con temperaturas”, dijo el artista tapatío.
“Toda mi obra viene de lo que yo he vivido, de los viajes”. Como un extra, Medina Robles prefirió que en esta ocasión su trabajo sea mostrado sin cédulas, para que cada visitante realice su propia interpretación de lo que ve, sin alguna guía de por medio que afecte a la percepción o evocación de elementos.
En cualquiera de las facetas desarrolladas por el creador nacido en Jalisco, hay un factor en común: el fuerte lazo que lo une a su alma mater, dado que ha estado vinculado con el diseño de varios inmuebles de la infraestructura universitaria.
Maribel Arteaga, directora del MUSA, muy emocionada al presentar a su maestro, describió los principales atributos de esta obra y resalto “es un acercamiento con el espíritu diligente y cautivador del maestro Medina, tutor intelectual de muchas generaciones que tuvieron el privilegio de recibir las semillas de su saber. Sirva este proyecto museográfico como un reconocimiento por todos estos años de política producción artística, así como por su dedicación, como docente, en las cátedras que impartió en nuestra casa de estudios”.
Igualmente, queremos aprovechar esta intervención para sumaros a la afirmación sobre la importancia que el financiamiento del Legado Grodman tiene dentro de las estrategias de impulso y difusión de las actividades creativas y de especialización de los artistas jaliscienses. Esta exhibición fue posible gracias al Legado Grodman”, concluyó Artega.